jueves, 5 de junio de 2008

Starbucks

Ayer, fue el día que más cerca estuve de que el café me llegue a gustar un poquitititito en toda mi vida. Resulta que la Lic. Laura Hache, la Ing. Luz Conzetacomopizza y quien les habla fueron a conocer "starbucks" el famoso café made in USA que inauguró hace unos días un local acá en la Argentina, cerca del Alto Palermo.

Yo llegué primera (ni una de todas las pirolas es dueña del don de la puntualidad) y me puse en la cola. Sí, había cola. Adelante mío había dos señoras con sendos carritos con niños. Atrás mío, un mejicano que creo que se sintió medio estúpido cuando un tipo que pasaba le preguntó "para qué es toda esta cola?" y él le contestó "para comprar café" "para comprar café?!?!" "....sí....". Pobre, capaz que quería sentirse como en casa (no sé si en mejico hay starbucks) y un maldito preguntón lo hizo sentirse un gilazo. Bueno, yo me sentí un poco gila haciendo cola cuando en realidad el café no me gusta, tenía frío y veía que la cola avanzaba leeeennnto lennnto.

Pero nada comparado con la indignación que sentí cuando una de las señoras con carritos le dejó su niño a la otra y se fue hasta adentro del local a buscar algún empleado. Obviamente, lo encontró y lo llevó hasta el lugar que ocupaban (como cualquier mortal) e hizo que les dieran prioridad. En el mismo momento, el chico las ayudó con los carritos y entraron al local ante la mirada llena de reproche de toda la multitud. Por favor!!! odio cuando hacen eso!!! tomar café no es una emergencia como para que te hagan pasar adelante de todos solo porque tenés un carrito, mujer!!! y en el supuesto caso de que sea una emergencia y necesitás YA un café, hay 5.500 lugares para tomar café distribuidos por toda la ciudad y unos 10 a media cuadra de donde estábamos. Pero no. Las señoras querían Starbucks así que agarraron a sus pobres hijos, los desprendieron de sus juguetes y del programa de la tarde de Barnie o del canal nuevo ese de "Play House Disney Channel", les pusieron guantecitos y se los llevaron a la cola, a ver si las dejaban pasar antes. Malditas.

Ni modo; después de un rato de avanzar a paso de tortuga, llegaron mis amigas y entre charla y risas, la cola fue más llevadera. Una vez que entramos al local, nos preguntaron qué queríamos tomar y de qué tamaño. Había un chico al costado de la cola que te iba preguntando y una vez que elegías todo, te daba tu vaso con tu nombre escrito y una crucecita en la bebida seleccionada. Yo me tomé 400 ml de "chocolate cream", Luz un frapuccino no sé qué y Lau un Moca no sé cuanto. Una vez que te daban tu vasito (vacío), la cola seguía hasta llegar a la caja, donde el cajero lo agarraba, lo miraba, lo leía ("hola, camila!") y te cobraba mientras le pasaba el vasito a otra chica de delantal verde que preparaba la bebida. Después de muchos aparatitos que servían crema, leche, chocolate, café, vainilla, etc etc te llamaban por tu nombre. O sea, después de media hora de cola y de que el vasito pasara por 5 pares de manos, recibimos nuestra bebida. Difícil, pero valió la pena. Una vez que encontramos mesa (...) brindamos y ¡salud!. Muuuuuuuuy rico!!!. El chocolate era espeso y la crema le daba un toque de no sé qué que lo hacía muy suave. Acompañarlo con un budín marmolado fue una muy buena idea. Probé el frapuccino de Luz y obviamente no me gustó porque tenía gusto a café, pero tenía una pinta de lo más apetitosa y sé que es rico, aunque no me guste.

Recomiendo la experiencia al público en general, pero también les recomiendo que esperen unos meses a que la fiebre pase, porque el tiempo se está poniendo cada vez más frío y si uno no se abriga, no da bancarse la cola...

Puntuación: 4 camilitas. (le saco una por las damas madres irrespetuosas y la abundancia de chicas fashion (es sabida mi opinión al respecto)).

2 comentarios:

Blus dijo...

Sí me parece que voy a esperar un tiempo antes de ir a conocer el flamante local, de mientras sigo haciéndome café en casa (?).

Y respecto a las minas con los cochecitos, creo que no van a deponer su actitud hasta que ciertos empleados dejen de darles el gusto y las traten como una clienta más, que es lo que en definitiva son.

Saludos!

Anónimo dijo...

Cami, entonces para qué querés tener hijos si no es para sacar ventajas en los comercios!? Cuando ya arrastra los pies en el cochecito y te provoca una hernia lumbar cargarlo, lo mandás a trabajar!