en forma de fichas!

Ok, me colgué un poquito... la última entrada en este blog fue hace más de un mes... lo dejé solito, abandonado, chupando frío. Mientras tanto, me enfermé, empecé a bailar, gasté mucha mucha plata, saqué muchas muchas fotos, comí chinchus, fui a ver batman, fui al teatro, me enteré de que por fin nos entregan los diplomas. Sinceramente, no extrañé mucho al sr. blog; a ver si ahora escribo con más entusiasmo... o no, no sé... Bueno, basta de ñoñadas que esto no es diario íntimo.

La última vez que escribí algo por aquí, hablé de las blondies de mi trabajo. Para no salirnos del camino, ni desilachar el hilo conductor (?), hoy voy a contarles sobre EL CHISMOSO y un hecho con el que él seguramente se relamió hasta las entrañas: LA FIESTA. Pero empecemos por él.

EL CHISMOSO siempre se elige un box rodeado de gente, nunca solo, nunca al lado de la pared. Tiene muchas amigas mujeres, pero no le gusta ninguna, sólo disfruta de chismosear. Saluda a todos, pero no con un "hola": el chismoso saluda con nombre y apellido (bueno "apellido", no... sería demasiado) "hola, CAMILA, cómo estás?" haciendo hincapié en el nombre, como para que sepas que él te conoce, que es de confianza, que está todo bien, le podés contar todo. El chismoso no se pierde una, sabe todo de todos. Tiene una memoria increíble para los chismes: lo que preguntó o escuchó una vez, le queda grabado para siempre en el disco rígido en el que va archivando sus miles y miles de conocimientos sobre la vida ajena. Siempre sonríe, con la misma intención con la que saluda: con él está todo bien, a él le podés contar. En lo personal, el chismoso me irrita bastante.... yo soy chismosa, no voy a mentir, pero un hombre chismoso me recuerda a una vieja en la peluquería los sábados a la tarde y no, gracias....

Ocurrió algo que para EL CHISMOSO debe haber sido la gloria, tocar el cielo con las manos, comer helado del pote: hubo una fiesta organizada por gente del call, para gente del call. Un festín. Resulta que yo asistí a esta reunión de satán y, si bien me divertí con los que considero mis amigos, me fui a las dos horitas. No es un espectáculo muy feliz el ver a la misma gente a la que ves 6 horas todos los días moviendo las caderas perdiendo la decencia y el decoro, empinando botellas de champagne como si fuera año nuevo y con cara de "pe pé pe pé" en un casamiento a las 4am. Me pareció algo terrible, un castigo impuesto por el mismísimo Zeus y que algunos disfrutaban... y sólo por 10$ por persona. Sorprendentemente, el chismoso brilló por su ausencia. Pero, si lo pensás, no es tan raro: él no disfruta tanto de el hecho en sí, sino que ama escuchar el relato, detalle por detalle, entre susurros y risitas escondiéndose en un box. No quiero ni pensar en la cara que debe haber puesto cuando le contaron de la mina con las tetas hechas que le llegaban hasta el cuello, del que se encaró a una que supuestamente era su "amiga", del otro que perseguía a mi amiga hasta la barra y que después bailaba con la camisa desabrochada.... en fin, todo un espectáculo decadente y transpirado porque el lugar era un 2 x 2 sin ventilación. Por suerte este festejo del diablo se realizó a la vuelta de mi casa, así que a las 4:00 yo ya estaba bañada y durmiendo, tratando de olvidar el hecho de que un compañero de trabajo me había pasado muy cerquita moviendo los hombros y cantando "levanta los brazos mujer ohhhhhhhhhh y ponte esta noche a bailaaaaaaaaar que la nuestra es agua de río mezclada con maaaar"....